No Me Puedes Ver

Me fascina la Lucha Libre, este tipo de lucha libre, y haciendo mea culpa, me gusta por sobre todas la lucha libre estadounidense.

Y tengo mis razones, que por supuesto son mías, por lo que en este caso prefiero más el producto yanqui que cualquier otro, inclusive el nuestro.

Y viene desde chico. hay algo que en mi se destaca y es que mi memoria muy buena que digamos no es, es bastante selectiva y de por si la cotidianidad no la recuerdo, podríamos decir que mi memoria a largo plazo descarta muchas de las cosas de mi memoria a corto plazo… Sin embargo recuerdo tener seis años, estar jugando en la cocina de mis viejos, construyendo una torre con dominós, y sintonizada la tele viendo un programa argentino de lucha libre, programa descendente de la línea de Titanes en el Ring,  programa muy visto en Argentina en la década de los 70’s.

Luego aprendí que muchos de los personajes venían directamente del antecesor, pero con nueva marca.

Así mi infancia se pasó entre estos programas, que siempre me gustaron mucho, pero a medida que iba creciendo aparecían cabos sin atar que me dejaban un poco mal sabor de boca. Y no estoy hablando de que las luchas sean falsas o guionadas, sino que los personajes no enganchaban que eran estereotipos que se iban quedando viejos, que parecía que se quedaban en el pasado…

Hasta que gracias a la intromisión masiva del cable en los hogares argentinos, se empezaba a vislumbrar que no todo lo que brillaba era oro. Por lo pronto, para cuando tenía 12/13 años, en la grilla aparecía el canal de las Estrellas (mexicano) y con la transmisión en diferido y recortado de los programas especiales de la WFW (que luego se convertiría en WWE).

Fue como haber visto siempre el libro por la portada, o haber navegado por instrumentos en una noche nublada. La base era la misma pero el personaje ya de por sí era más real. Tiene historia de fondo y es creíble, por la forma en que están armadas las mismas caen bien dentro del universo de la WWE.

Eso sí,  la lucha libre mexicana ni me gusta ni me engancha; pero soporto completamente las emisiones de lucha libre argentinas, inclusive la que tiene sede en La Plata, porque ponen alma en tratar de hacerlo a un nivel altísimo.

Así que desde chico, y aunque hay veces que no puedo seguir la grilla como me gustaría, siempre vuelvo a  verlas.

Estás luchas SON la novela del macho americano.

Que triste cuando te fuiste

 

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